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Embalajes para una logística más eficiente

Para reconocer las oportunidades de mejora en la gestión de los embalajes, es necesario clasificar los tipos de embalaje, es decir, primario, secundario y terciario y estudiar cómo y a quién afectaría su transformación en cada uno de ellos.

Para evaluar el grado de optimización del embalaje, hay que tener en cuenta el material en el que está compuesto, el transporte, su manipulación y almacenamiento, la gestión del residuo y el costo que acarrea. Solo con una visión integral del proceso se podrá definir el tipo de embalaje logístico que mejor se adapta a la realidad de la empresa.

Según el reporte The Empty Space Economy de Forbes Insights, un cuarto del espacio en cada uno de los contenedores y paquetes transporta por año… aire puro. Eliminar este espacio vacío permitiría, mínimo, un 25% del presupuesto invertido en embalaje.

Tipos de embalajes

Embalaje primario, de venta o unidad de consumo

El embalaje primario es el que contiene, guarda y protege el producto. Por lo tanto, está en contacto directo con el artículo y sirve para conservarlo. Es el que define la unidad de consumo más pequeña, permitiendo la venta unitaria del producto, como envoltorios, latas y botellas, por ejemplo.

Embalaje secundario o colectivo

Es el que facilita la comercialización del producto a mayor escala, como cajas de cartón resistentes al acoplado.

Embalaje terciario

Reúne embalajes primarios y secundarios para crear una unidad de carga mayor, como lo son los pallets o contenedores.

Cómo elegir un embalaje

La elección del mejor embalaje tiene como objetivo reducir los costos directos (compra de materiales y gestión de residuos) e indirectos (proceso de packing, manipulación, almacenamiento y pérdidas por daños). Los factores más importantes que condicionan la selección de los distintos tipos de embalaje son:

  • Las características del producto (líquido, sólido o gaseoso; peso y volumen; fragilidad; estabilidad; peligrosidad y valor).
  • El proceso de producción y envasado.
  • La manipulación en el transporte y almacenaje (altura de apilado que debe resistir; tiempo que va a estar almacenado; medios de transporte; número de cargas y descargas que va a tener; su relación con la logística inversa; la temperatura y humedad ambiental a la que se ve a enfrentar el producto).
  • El impacto medioambiental que tienen los residuos generados por el embalaje y las opciones para su reciclado o reutilización.
  • El punto de venta. En el caso del ecommerce, la experiencia de desempaquetado o unboxing es clave: se trata del primer contacto físico del cliente con la marca y el producto.
  • La legislación y normativa que regulan las características del embalaje.